MIGUEL A. JAIMES N.
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La Universidad Central de Venezuela posee un número de empresas que dan grandes dividendos y han sido tomadas como “caja chica” de la rectora.
Estas empresas financian las Tarjetas de Crédito (BsF 40.000 c/u) dadas por la Fundación UCV, para inescrupulosos gastos en el exterior y de placer a la isla de Margarita, compras en las tiendas Bahías, licor, peinados y blindar la camioneta verde en que trasladan a la rectora.
Genaro Mosquera es el responsable de la Fundación, se ha convertido en un próspero empresario con el dinero del patrimonio universitario, dueño del edificio Cybercentrum, ubicado en Las Mercedes, Caracas; propietario de la recién quebrada Universidad del Caribe con sede en Panamá, más un Centro de Altos Estudios y la Inmobiliaria Panacaven, todo funciona en la sede donde la UCV paga un arriendo de BsF 45.000 mensual.
El nombramiento de Gelvis Sequera es otra ilegalidad, gerente de Proyectos de la Fundación y Director de la Corporación Consultora en Petróleo, Corpomene, situada en el C.C. Los Chaguaramos. Cobra por las dos empresas. Como han dilapidado tanto por la Fundación, ahora traspasaron sus negocios a Corpomene.
Incrementaron gastos en restaurantes y toda la cadena de disfrutes de la rectora, malgastan más que lo ingresado por proyectos.
La mayoría de la junta directiva de la Fundación tiene cargos en todas las empresas filiales.
En la “Memoria y Cuenta de la Fundación UCV” empotrada al Consejo Universitario en el segundo semestre de 2010, correspondiente al 2008-2009, pusieron a todo el personal a dar carreras para taparear gastos excesivos en consumo de alcohol, Tarjetas de Crédito, más lo derrochado por Pedro Castro, Gelvis Sequera y Genaro Mosquera.
En los Estados Financieros Visados están gastos no justificados y vetados por la Contraloría de la República. Así se roban el presupuesto más alto de todas las universidades del país.
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