Ante todo quiero presentarme, mi nombre es Bahareh Bisheh, natural de Isfahán, me dedico a la fotografía de manera profesional, y mi labor ha sido reconocida en esta nación, como fuera de sus fronteras. Confieso que mi interés por la fotografía me ha llevado a construir ensayos fotográficos sobre distintas temáticas, en algunos casos se tratan de fotografías testimoniales, en las que busco retratar los colores de mi pueblo y sus alrededores; en otros casos, por el contrario, se trata de una fotografía un tanto conceptual, pues no parte del momento, de la inmediatez, sino de una producción necesaria, entiéndase una iluminación especial, una serie de elementos preparados, hasta dar con la foto pre concebida. Es por esto último que escribo estas líneas, para comunicar el desagravio al cual he sido sometido, en especial una fotografía mía intitulada Tengo una madre.
En efecto, esta imagen que pueden encontrar en mi
sitio personal, junto con mi portafolio, ha sido plagiada. Esta fotografía fue tomada
en el año 2012 como parte de una exposición que concebí para plantear mundos
posibles a través de la infancia. Por ello, como modelo se puede observar a mi
pequeña prima, que luego de jugar y dibujar durante toda una tarde se quedo
dormida en el patio de la casa. Por supuesto, me encargue de arreglarla, pues
dibujé con tiza una madre, la coloqué dentro del dibujo sin que se despertase,
busqué una escalera y disparé. Desde
entonces, la fotografía ha tenido buena aceptación, será por ello, que fue
tomada sin permiso para utilizarla en una diversidad de situaciones.
Comienzo por decir que hicieron caso omiso a mi
firma, la cual siempre coloco en mis imágenes, en este caso se encuentra
ubicada en la esquina inferior izquierda. La foto ha aparecido en innumerable
cantidad de sitios web, incluyendo Facebook y Twitter, y por si fuera poco, algunos
desvergonzados se han atribuido la autoría, pero en el contexto de la
virtualidad, es difícil poder lograr justicia, puesto que la impunidad
salvaguarda las identidades virtuales. En Croacia por ejemplo, la organización
conservadora de la Familia Judía ha utilizado dicha imagen como emblema
principal de su campaña contra el matrimonio entre personas del mismo sexo. En
vista que he reclamado, esta organización ha puesto en duda que sea el autor de
la fotografía, alegando a la existencia de una identidad falsa, atribuible a
una posible travesura por parte de “algunos
adolescentes provocadores buscando manchar su causa”. Con estos últimos, he entablado una querella
judicial.
Pero quizás lo más indignante, es la manipulación
deliberada a la cual ha sido sometida: El uso de la imagen como estrategia
propagandista contra los países del mundo islámico. Se ha dicho que es una niña
iraquí en un orfanato, y esta historia ha ido variando, conforme Occidente
avanza en la agresión permanente hacia nuestra región. Por tanto, las
locaciones del supuesto orfanato se han alternado: Pakistán, Egipto, Libia,
Irán, y por último, Siria. Como puede deducirse según esta lógica, los malos de
la película, son los dueños del orfanato. Lo cual me ha motivado a negar
categóricamente la existencia de tal lugar y su consiguiente historia trágica,
aunque es imposible negar la impronta de la destrucción que ha dejado Occidente
en nuestro continente. La desfachatez ha llegado a tal nivel, que en España el
diario El país, un medio de
comunicación de tiraje masivo en toda esa nación, se ha hecho eco de esta
historia macabra, sin siquiera consultar la fuente de origen. Nuestra cultura
todos los días es ridiculizada por quienes carecen de toda ética y moral.
Demás está decir que he recibido correos
electrónicos alertándome del mal uso de la imagen, a todas estas personas
agradezco su contribución. Espero que estas líneas ayuden a reflexionar sobre
el papel de la imagen en el mundo actual, su manipulación, su
descontextualización, para la demonización de determinados países y lideres,
para alimentar la desinformación, incluso, para justificar acciones bélicas de
cualquier índole. La próxima víctima pudiera ser usted, pues la suplantación de
identidad es uno de los ciber crímenes con mayor incidencia en el mundo actual.
Sirva entonces este alegato como una forma de alerta sobre la guerra
multidimensional a la que estamos sometidos todos los días.
Bahareh Bisheh
Ciudad de Isfahán
Irán
Para observar mi portafolio:
[*]Esta
carta abierta se ha hecho llegar a diferentes medios impresos de importancia,
no solo del mundo islámico, sino también de Occidente, en un intento de crear
consciencia al respecto.
Ahora la frase tendrá que cambiar para "Una imagen vale para mil hijueputadas...".
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