Enviado por Barometro Internacional el miércoles, 05 noviembre, 2014 a las 0:40
El Siglo XXI vive bajo la presión mediática de los Monopolios de prensa
Estamos inmersos las naciones y los
pueblos, en lo que se ha denominado en llamar la “guerra de cuarta
generación”, una versión de guerra acuñada por los EEUU, en su visión de
guerra asimétrica. Este proceso parte de la hegemonía actual de los
medios de comunicación masiva, y el enfrentamiento que todos aquellos
que intentamos lograr un mundo mejor, mantenemos con esa situación,
intentando generar una respuesta. Los medios han formado una red
integrada que cubre toda la Tierra, distribuida a través de un sistema
de telecomunicaciones global y que es manejada en forma coordinada por
seis o siete cadenas internacionales, que elaboran y proporcionan toda
la comunicación masiva que se disemina a través del orbe.
Y como veremos, los medios no sólo
proporcionan al mundo su versión propia de la información, sino que
también forman parte del más importante elemento de dominación
contemporáneo, al alienar a los receptores (nosotros) a una cosmovisión
(Weltanschauung, al decir de los filósofos alemanes) impuesta desde los
países del Norte. El propio concepto de “información” es parte de esa
alienación, al basarse en el paradigma impuesto de que vivimos o vamos
hacia una “sociedad de la información”, elemento esencial para la
organización global, que es inevitable y que constituye el mejor de los
mundos posible.
Desde el momento en que la especie
humana descubrió una forma distinta de agruparse, la civilización, que
se constituyó en un sistema diferente al de la organización tribal y
permitió la concentración de grandes conglomerados humanos y el
aprovechamiento de su capacidad de producción (no sólo en el aspecto
material, sino fundamentalmente en el aspecto cultural); aparecieron
conjuntamente nuevas formas de distribución del poder para permitir el
funcionamiento grupal de esos grandes contingentes de población.
En las veinticuatro civilizaciones
conocidas (según Arnold Toynbee ) ha estado presente esa redistribución
del poder, que puede sintetizarse de esta manera: existe una minoría
dominante que acapara y administra el poder individual y colectivo de
toda la población y lo utiliza según sus concepciones y sus intereses.
Los dos modos fundamentales en que esta minoría logra controlar y
mantener el poder son el terror y la persuasión (a través de la difusión
de una ideología o de una propuesta espiritual, al decir de Toynbee) .
Vivimos hoy en una época en la cual el
terror no es el factor principal (aunque no deje de estar presente) de
la dominación. El factor principal de control es la persuasión, la
herramienta para mantener la hegemonía. En nuestra contemporaneidad,
este factor tomó nueva forma e importancia, sobre todo después de la
segunda guerra mundial . Se ha convertido en el mecanismo más eficaz
manejado porla minoría dominante, para controlar y dirigir a las grandes
masas de personas que habitan el mundo. Los medios de comunicación y su
tecnología son hoy las herramientas concretas para lograrlo.
Facetas de la dominación a través de los medios
En un trabajo anterior hemos
estudiando los modos y maneras en que los medios condicionan el pensar y
el vivir de las gentes, establecimos algunas categorías de referencia.
Descubrimos que las propuestas impuestas por el sistema de medios de
comunicación globalizado difunden y condicionan (alienan) a sus
receptores en diferentes formas y a distintos niveles. En resumen:
1) Estimulan y colaboran en
formar una mentalidad de consumo. Esta condición empezó a ser
sistemática a partir de los años 50 del siglo pasado (Vance Packard fue
uno de los primeros en analizar y denunciar el fenómeno). A través de la
publicidad, y aún más allá de ella, los medios han comunicado no sólo
las propuestas de consumo explícitas, sino que comenzaron a manejar la
emocionalidad de los receptores (ahora consumidores) para vender más,
pero también para imponer el “americanway of life” de los EE.UU. que se
había convertido en la cabeza del sistema de dominación imperial del
planeta.
2) Determinan posiciones
políticas e institucionales. No sólo operaron en ese aspecto, sino que a
partir de la propaganda de guerra, desarrollaron la implantación de
posiciones políticas y comenzaron a propagar la vigencia hegemónica de
las instituciones sociales y políticas del centro del Imperio,
convirtiéndola en ideales a establecer en todo el planeta.
3) Proponen y generan valores y
patrones de conducta. Por repetición sistemática, por hábito, valores y
patrones de conducta propuestos por los medios, van alterando el sistema
de creencias (asociado a nuestro cerebro básico, o cerebro R) de los
receptores (nosotros), condicionándolo hacia las propuestas que nos
están formulando, hasta que ellos se convierten en lo “natural”.
Unamanera de percibir esta imposición de patrones y valores, es estudiar
en sus mensajes cotidianos los supuestos éticos o estéticos implícitos
en ellos.
4) Generan una nueva
cotidianeidad de vida. Los cambios que nos imponen los medios se van
reflejando en la variación de lo cotidiano de la vida de las gentes. El
“modo de vida” que proponen constantemente (a partir de un sistema que
es ya una forma de educación continua) se va haciendo carne en grupos
humanos cuya forma de vida autóctona es ajena a esas propuestas, y
genera el fenómeno de simulacro de vida que se va convirtiendo en usual
en esos grupos.
5) Crean la Realidad Virtual.
Todas estas facetas útiles para intentar profundizar en el análisis, en
realidad se presentan simultáneamente, dentro de un proceso holístico y
complejo donde sus acciones e interacciones van cambiando y generando en
cada momento las propias características del proceso. La generación y
difusión de esa realidad virtual va más allá de lo percibido en la
creación de un escenario televisivo para el bombardeo Libia, como lo
realizan, medios impresos y las agencias de Noticias.
Han creado tanto en la primera y segunda
guerra del Golfo, en Libia, o en la invasión a Somalia, un programa
sincronizado en el tiempo para las cámaras de CNN.Como el caso de
Venezuela, de esa manera se armó un video casi cinematográfico (por lo
preparado) de los sucesos de Puente Llaguno, como la preparación de la
invasión a Libia. En definitiva esa realidad virtual nos impone una
cosmovisión, una forma de ser y estar en el mundo que nos es ajena y que
establece y refuerza la dominación. Su objetivo principal es generar la
mejor forma de control, lograr que los dominados piensen y vean el
mundo con los ojos de los dominadores.
Formas y contenidos
El propósito fundamental de estos
trabajos es colaborar en desentrañar la acción de los medios, para poder
generar una respuesta efectiva (entender como es y cómo piensa el
enemigo, según el Sum Tzu, el milenario tratado chino sobre la guerra).
Solo podremos combatir realmente en esta guerra de cuarta generación (en
la cual contamos con el hándicap en contra de no disponer del poder y
los recursos millonarios del adversario) si somos capaces de generar una
alternativa propia, nuestra y diferente, capaz de enfrentar la
hegemonía.
Pero la acción de los medios es tan
alienante, que sus supuestos están dentro de nosotros mismos. Aún
aquellos que desde hace muchos años hemos resistido y enfrentado la
dominación, hemos estado expuestos (nos hemos formado bajo) al poder de
los medios. Generalmente intentamos enfrentarlo usando los mismos
criterios que nos han impuesto.
Donde mejor se puede percibir este
fenómeno, es en la confusión presente entre formas y contenidos que (con
honrosas excepciones) podemos ver en los intentos que estamos
realizando por crear una comunicación alternativa y contestataria.
La división entre forma y contenido de
los procesos viene directamente del pensamiento positivista y
racionalista europeo, y ha sido uno de los paradigmas sostenidos por la
actual hegemonía del Norte. Es parte de la discusión que comenzara a
concretarse a partir de las respuestas del pensamiento revolucionario
del siglo XIX, que incluye entre otras facetas las relaciones entre los
medios y los fines,
En lo que respecta a los medios, ya a
fines de la década de los 60, Marshall Mc Luhan mostró, en un pequeño
pero fundamental libro , apoyado por la fuerza de las imágenes
(manejadas magistralmente por Quentin Fiore), como los propios medios
eran el mensaje. Ya estaba claro de que los medios eran algo más que un
vehículo para transmitir contenido, ellos mismos (su propio formato)
eran parte del mensaje comunicado.
Por eso, cuando creemos que, nuestra
labor como comunicadores contestatarios consiste meramente en sustituir
contenidos, empleando los mismos formatos existentes, estamos sin
percibirlo, repitiendo los mecanismos de alienación y dominación que nos
han impuesto.
En general, y en el caso particular de
los medios, forma y contenido son parte del mismo mensaje, son un
sistema integral de comunicación. Los formatos están absolutamente
determinados por la intención del mensaje y constituyen una parte
fundamental de él.
diegojolivera@gmail.com
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