domingo, 9 de agosto de 2009

Otra vez Colombia
Por: Roberto Hernández Montoya Fecha de publicación: 29/07/09

imprímelo

mándaselo atus panas
Cuando Rodrigo Granda fue secuestrado en Caracas en diciembre de 2004, ocurrió una secuencia de hechos que demuestra que el humano es animal de costumbre y a menudo aburrido.
El gobierno venezolano rechazó la injerencia del colombiano, el colombiano respondió con su arrogancia de fábrica, el venezolano insistió, el colombiano insistió. El venezolano procedió a pedir papeles a cuanto transeúnte pasase por la frontera y la cola llegaba a Bogotá --o cerca; amenazó los acuerdos comerciales; se le olvidó subir la cuchilla de una conexión eléctrica a una población colombiana en falta accidental de energía; paralizó el contrabando de extracción de gasolina y de lo demás. El empresariado colombiano impetró a Uribe.
Punto.
Uribe imploró a Fidel:
--Le suplico a su merced que interceda con su amigo Chávez para que deje esa verraquera que tiene conmigo.
Fidel le respondió:
--¡Pero es que tú armaste tremendo titingó con Venezuela, mi sangre!
Fidel medió, Venezuela accedió, Uribe vino a arrastrarse ante Chávez, declarando que se iba “chavetado” y no “deschavetado”, como dijo un caricaturista colombiano.
¿Se repetirá la secuencia ahora? No sé. Depende de los planes del Imperio, que ahora se dirige sin presidente, pues ya vimos con Bush cómo no hace falta presidente, pues eso de que Bush era presidente... ¡Ah chiste pa malo! Obama tampoco, aunque hace la diligencia y corta visas a golpistas hondureños. Amagos lánguidos, promesas desabridas, susto. No se atreve a mucho.
Pero ¿cómo podrá el Imperio convencer de nada a los oligarcas colombianos que reciben anualmente siete millardos de dólares de Venezuela? En 2005 convencieron a Uribe de que dejara la vaina con Chávez. ¿Y ahora? Los yanquis no están para darle nada a nadie sino para quitar todo a todos, como saben los que han estudiado el capitalismo siquiera superficialmente.
Colombia necesita más a Venezuela que la recíproca. Venezuela le vende electricidad, le compra trapos, le vende gasolina barata, legal o ilegalmente. Hay colombianos para quienes es más fácil ir de una región a otra de Colombia atravesando territorio venezolano. Para no hablar de los negocios paracos, narcos y demás.
No sé. Quizás ni Uribe sabe, pero el Imperio segurito que sí sabe

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