Si hay guerra postiza (proxy war) con los Estados Unidos a través de
Colombia, más valdrá a la oposición que la gane el Imperio. Porque, si
no, se quedará inerme ante un ejército popular triunfante. Y si, en vez
de ganarla o de perderla nadie, caemos todos en un atolladero tipo Iraq,
será peor porque ¿cómo se defenderá del ejército popular hormigueando
invisible y pavoroso en el caos?
Es decir, guerra no es desfile triunfal de marines por los bulevares,
entre vítores y retretas. ¿Has visto las noticias de Afganistán e Iraq? Y
eso que solo te muestran gacetillas filtradas para no herir la
sensibilidad de los domesticados. Total, algo hay que mostrar. Ahora,
además, Internet no permite ocultarlo todo. Pero te enceguecen para que
no veas y menos entiendas. Y encima los sicarios de los medios te
insensibilizan para lo bello y lo noble; solo te queda seso para el
reality show, el escándalo sórdido, el melodrama, el cuñero, por eso no
entiendes nada complejo si solo sabes asimilar comida y comunicación
chatarra.
Una invasión gringa, amigo opositor, es que bombardean tu patio con
uranio empobrecido, que te dará cáncer durante 4.700.000.000 de años y
no habrá quimioterapia porque no habrá Centros de Diagnóstico Integral.
Una guerra es que violan a tu madre, que un bombardero descuartiza a tu
padre, tus amigos, tu niña. Una piernita allá, un bracito acá. Es crudo,
sí, pero es que es así y es mi deber advertírtelo para que no sigas
viendo la guerra como la presenta Hollywood, sin tripas, sin sesos
rociados sobre el asfalto. Los de un ser querido, irreconocibles,
inexplicables, insoportables. ¿Imaginas el horror que lleva a los ex
soldados de Iraq a suicidarse en tanta cantidad?
Y tú, amigo dirigente opositor: Ten cuidado, porque el Imperio es un amo
temperamental e impulsivo y si un día no te le arrastras como a su
capricho apetece o si figuras en un informe adverso de un burócrata
displicente, te linchan como al ex aliado Husseín; te invaden como al ex
aliado talibán; te asesinan en una carretera como al ex aliado Chapita;
te abandonan como al ex aliado Sah de Irán; te invaden y encarcelan
para siempre como al ex aliado Manuel Antonio Noriega. Todos fueron
férvidos servidores del Imperio, como Uribe.
rhernand@reacciun.ve
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